Entorno humano, te odio pero te amo?
Ecologistas pelean con
desarrolladores, veganos con cocineros, PETA con grandes marcas de moda,
entonces… al entorno del ser humano; ¿lo odio pero lo amo? Así nace el
cuestionamiento inicial de la codependencia del medio ambiente con el ser
humano; es algo así como “el niño que llora y la mamá que lo pellizca”, no
podemos vivir sin él pero poco a poco lo destruimos para que haga lo que a
nosotros nos plazca.
Y en realidad, que tanto nos
necesita nuestro medio ambiente, será que si la raza humana deja de existir por
cualquier causa, ¿dejará de existir la tierra?
La naturaleza ha evolucionado con el pasar de los milenios,
desde las teorías del Big Bang, el desplazamiento de las capas tectónicas para
crear continentes, era del hielo, extinción de especies; la tierra ha sabido adaptarse
a los cambios de manera fascinante; puede decirse que a diferencia de la raza
humana; que aunque ha evolucionado para sobrevivir en climas extremos,
desarrollando tecnología, invadiendo los espacios más remotos para conseguir
elementos energéticos recibe la furia de la naturaleza por desequilibrar su
entorno.
Tsunamis debido al calentamiento
global, deslaves de tierra por movimientos sísmicos; sequía extrema
consecuencia de la tala desmedida de bosques necesarios para el proceso de
condensación de masas de agua; ejemplos de contaminación lumínica en Asía por
exceso de anuncios luminosos en las grandes ciudades que no logran disfrutar un
paisaje estrellado desde hace varios años ya. Con el denominado “progreso” han
sacrificado su medio natural.
En la fábula de Aquiles Nazoa la
ratoncita presumida, el personaje principal cree que es tan hermosa e
importante que debe contraer matrimonio con “su igual”, y procede a pedirle al
sol, el viento, las nubes y las montañas matrimonio; cada uno de ellos le
responde con humildad que su compañero elemento es más importante que el
anterior hasta que la montaña le explica que más importante son los ratones que
lograron roer sus entrañas para vivir dentro de ella y así le demuestra su igualdad con los ratones.
Pero si los elementos fueron lo
suficientemente nobles para quitarse el título de importantes hasta dárselo a
los ratones, ¿será que si somos más importantes? ¿Sólo porque logramos
sobrevivir en medio de los elementos?
¿Qué pasaría si no
hubiera humanos en la tierra?, muchos estudios han planteado esta hipótesis y
un documental llamado “La tierra sin humanos” Señala:
“El tiempo se le acabó al hombre. Terminó nuestro dominio sobre el
planeta. Bienvenido a la tierra, población cero”, decía el narrador del
documental.
Sin los humanos no hay caza y los animales podrán reproducirse libremente.
Según el documental, 15 años después, árboles frondosos echaran raíces en los parques y zonas que fueron de recreación. Todas esas plantas permitirán a la naturaleza recuperarse de los gases de invernadero como el Dióxido de Carbono. Las plantas nuevas irán reparando parte del aire contaminado, cada hectárea de árboles eliminará tanto carbono como el que producen cinco mil autos cada año.
Año tras año iremos perdiendo nuestro dominio sobre la tierra. La luz será solo de la luna y las estrellas. Los animales volver a invadir las ciudades y lo que ahora son nuestras viviendas, serán para entones la casa de las aves y mamíferos.
Según el documental 1.000 años después de la desaparición de los humanos se verían pocos edificios y pocas evidencias de nuestras actividades.
Los edificios empezarían a caerse, el suelo empezaría a reformarse y en todo el mundo la naturaleza está recuperando el planeta, devolviéndole la vida que poco a poco le hemos arrebatado por simple comodidad y ambición.
Aunque pasen 10 mil años más y aún haya huellas de nuestra existencia, podremos estar seguros de que la naturaleza, aquella que alguna vez tuvimos de nuestra parte, pero que no supimos valorar y aprovechar, ha ganado la batalla.
Como ven no somos indispensables para la tierra, ella sola puede recuperarse y mantenerse viva, pero nosotros sin ella no podremos vivir. Destruirla es atentar contra nosotros mismo, en contra de nuestra especie.
Sin los humanos no hay caza y los animales podrán reproducirse libremente.
Según el documental, 15 años después, árboles frondosos echaran raíces en los parques y zonas que fueron de recreación. Todas esas plantas permitirán a la naturaleza recuperarse de los gases de invernadero como el Dióxido de Carbono. Las plantas nuevas irán reparando parte del aire contaminado, cada hectárea de árboles eliminará tanto carbono como el que producen cinco mil autos cada año.
Año tras año iremos perdiendo nuestro dominio sobre la tierra. La luz será solo de la luna y las estrellas. Los animales volver a invadir las ciudades y lo que ahora son nuestras viviendas, serán para entones la casa de las aves y mamíferos.
Según el documental 1.000 años después de la desaparición de los humanos se verían pocos edificios y pocas evidencias de nuestras actividades.
Los edificios empezarían a caerse, el suelo empezaría a reformarse y en todo el mundo la naturaleza está recuperando el planeta, devolviéndole la vida que poco a poco le hemos arrebatado por simple comodidad y ambición.
Aunque pasen 10 mil años más y aún haya huellas de nuestra existencia, podremos estar seguros de que la naturaleza, aquella que alguna vez tuvimos de nuestra parte, pero que no supimos valorar y aprovechar, ha ganado la batalla.
Como ven no somos indispensables para la tierra, ella sola puede recuperarse y mantenerse viva, pero nosotros sin ella no podremos vivir. Destruirla es atentar contra nosotros mismo, en contra de nuestra especie.
Fuente: http://www.eluniversal.com.co/blogs/el-eco-de-la-naturaleza/%C2%BFque-seria-de-la-tierra-sin-humanos.
Pienso que así como en el cuento, la naturaleza es sabia y
humilde, generosa y benévola, pero los seres humanos la ponemos al límite.
La esperanza puede estar en que existe una nueva generación
con más conciencia sobre estos temas, procurando aceptar las cosas que la
naturaleza provee en su estado natural, la alimentación vegana o raw, orgánica;
los desarrollos turísticos verdaderamente ecológicos, edificaciones
sustentables que trabajan con la naturaleza para que les provea su energía como
la solar, eólica, hidráulica y reciclable; está nueva generación puede ser la
salvación de los seres humanos; porque como leímos antes en el texto citado; la
tierra puede tranquilamente recuperarse tras perder el peso de 7 mil millones
de personas.